El segundo cambio anunciado por las empresas tecnológicas tiene que ver con la forma en que las autoridades podrán utilizar la API para construir aplicaciones y su efectividad. Entre los cambios más importantes está la posibilidad de detectar la potencia de la señal; Con esta medida se podrá conocer con mayor precisión la distancia entre los posibles sujetos de contagio y el resto de ciudadanos.
La API ahora también incluirá mejoras en los días o tiempo más específico en que ocurrió el evento o posible contacto, así como un cambio en el código de encriptación -a AES- de toda la información que se maneja.
Tanto Apple como Google destacaron que el éxito de esta tecnología dependerá de la confianza que los usuarios tengan en las aplicaciones y destacaron en varias ocasiones que la tecnología no almacena datos de ubicación ni claves de seguimiento, aunque el usuario sea un caso positivo. de coronavirus.
El usuario tendrá el control de “encender o apagar” esta función, así como dar permisos en todo momento. Google y Apple garantizaron que las señales o beacons de bluetooth estarán rotando cada 10 a 20 minutos y enfatizaron que no compartirán información entre las dos tecnologías (aunque haya casos positivos) y que los datos no se monetizarán de ninguna manera.
Finalmente, ambas empresas aseguraron que la herramienta no reemplaza ninguna de las demás acciones de los gobiernos o instituciones de salud, incluidos los ensayos clínicos. Simplemente actuará como una plataforma de notificación para posibles contactos de exposición y se puede “desactivar regionalmente” cuando ya no se necesite.